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Diario Artesano

La hamaca es símbolo de la artesanía local

<u>La hamaca es símbolo de la artesanía local</u> La hamaca yucateca es un orgullo y símbolo distintivo de la tradición artesanal en la Península.

Quisiera ser la hamaca sobre la que descansas
y acariciar con suavidad y ligereza tus formas,
mientras rompo el silencio de la fresca tarde
con el rechinar acompasado de un vaivén apaciguado.

(fragmento de Sin métrica, de Emanuel Rincón Becerra).

La madeja se deshila en un tejido de formas, texturas y colores que se funden para ser disfrute del descanso.
De origen humilde, la hamaca se halla en todas partes: de la modesta casa de techo de paja a la residencia de la colonia más exclusiva de la ciudad.

Compañera inseparable del paisaje yucateco, la hamaca ha sido cómplice del descanso de los habitantes de la región por generaciones; sus hilos entrelazados como perfecta pieza de orfebrería cautivan a propios y extraños, atrapa los sueños de muchos, y su natural frescura es una irresistible invitación al descanso en continuo coqueteo con la brisa.

Hamacas de todos tamaños: chicas, medianas, grandes y extragrandes; infantil, individual o matrimonial, de nailon, algodón, seda, croché o henequén; de punto ligero o tupido, de tono natural, unicolor, bicolor y multicolor; brazo corto o brazo largo..., las posibilidades son muchas, pero sin lugar a dudas no hay hogar yucateco que no tenga una.

La hamaca yucateca, orgullo de la tradición artesanal, prácticamente no ha evolucionado en cuanto a la forma de su manufactura, y si bien los materiales han cambiado y algunos procesos se han mecanizado, en esencia es producto del trabajo de una sola persona que dedica de dos días a una semana para terminarlo.

Es un elemento tan característico de la cultura yucateca que incluso en los proyectos arquitectónicos para vivienda popular se incluye la instalación de hamaqueros en las habitaciones.

Fuente: Diario de Yucatan

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