Blogia
Diario Artesano

El mundo ya no es un planeta redondo

<u>El mundo ya no es un planeta redondo</u> Jose Ramón Alcalá

"El mundo ya no es un planeta redondo en movimiento que gira alrededor del Sol con una lógica física como nos enseñaron desde el Renacimiento, sino que el universo en el que estamos inmersos depende de la participación de sus observadores
El tiempo y el espacio ya no tienen porqué guardar una relación lineal,la materia no es un concepto ligado sin remedio a la lógica de la gravedad ni a la tiranía hegemónica del espacio euclidiano.

Obra:Carlos Tellechea
Arte y Ciencia son modelos paralelos.
Estamos en una época en la que lo verdaderamente exigido es la experimentación que ha de producirse en una cultura en transición, pues existe un "tiempo" de los hombres que no podemos acelerar. El modelo no es una copia, sino una proposición. No podemos ver el mundo sin interpretarlo. Así, la importancia filosófica de la relación Arte-Ciencia consiste en tratar de encontrar el interfaz entre ambas y conocer qué es lo que nos están tratando de proponer de forma conjunta. De esta manera, nos dará a entender la visión del mundo en el que vivimos; esto es, el modelo que andamos buscando, después de que la ciencia, la tecnología y el arte (con Duchamp a la cabeza) hayan puesto en crisis los modelos anteriores.

Para ello, es esencial que entendamos que el concepto de comunicación -fundamento de todo trabajo artístico- ha cambiado su sentido. La comunicación es, según el modelo propuesto por Niels Bohr "el espacio que definen conjuntamente las proposiciones del observador A + el observador B; De ahí, que se pueda definir la realidad como el conjunto de la comunicación entre las personas".

Por otro lado, la sociedad actual está basada en la velocidad como base del tiempo contemporáneo, en la innovación constante como única forma de un reconocimiento de las actitudes creativas individuales y en el acceso instantáneo y planetario a la información, cuya naturaleza está definida por su inmaterialidad y por la forma cambiante y ambivalente de sus plataformas de trabajo.

Estos aspectos tienen unas consecuencias totalmente inéditas en la generación de cultura en general, así como en la práctica del arte en particular, que centra sus objetivos creacionales en la renovación radical de la iconografía imperante, en la dinámica de trabajo marcada por los presupuestos de la aldea global y de la planetarización del acceso y la distribución de la información y en la sustitución de los valores que tradicionalmente definían a la experiencia artística; Así, valores como textura, escala o tactilidad, ya no representan gran cosa en la valoración del hecho artístico. Otros, como sensitividad, color, o autoría, han modificado sustancialmente sus contenidos. La imagen, como información que circula por los diferentes canales, codificándose y decodificándose constantemente, transmutando los registros de sus señales, incorporando ruidos ajenos al canal como lenguajes específicos, se constituye ahora en el tejido genético de la experiencia de arte y cultura, dentro de la idea de comunicación que nace marcada desde su génesis creacional con la irrenunciable ambición de ser global, ambivalente, espacio-temporalmente discontinua y polisémica.

Jose Ramón Alcalá "Ciencia, filosofía, pensamiento abstracto y sensorialidad individual"

0 comentarios