La Kora
"Como en muchas culturas tradicionales, la importancia de la transmisión oral es primordial, el lazo que une el hombre contemporáneo a sus antepasados debe de ser continuo desde tiempos inmemoriales.
Uno de los mayores insultos en uso en esta parte de África, es decir a alguien que no conoce su historia, ahí entenderemos la importancia de la memoria y sus modos de aprendizaje".
En una cultura basada en la memoria,la transmisión y la herencia histórica, un personaje central es el griot, el narrador que acompaña regularmente sus improvisaciones con el arpa Kora.
Hecha de una calabaza a modo de caja de resonancia, tabla de piel y dos hileras de cuerdas agarradas de un mango que atraviesa el cuerpo del instrumento, el Kora es un instrumento predilecto de esta tradición de juglares.
El repertorio del griot se basa en narraciones, epopeyas, recitativos y cantos relacionados con los antepasados o el acontecer diario de la comunidad o la nación.
Se conocen datos del kora ya en el año 1799, gracias al libro de Mungo Park, "Viajes a los distritos interiores de África"; donde se describe como un "gran arpa de 18 cuerdas". La forma del instrumento puede tener en un principio cierta relación con la del ngoni de Malí, pero lo cierto es que se trata de dos instrumentos concebidos de una forma totalmente distinta.
Así, el kora tiene un cuerpo formado por una calabaza cortada por la mitad y cubierta, en parte, con una piel, normalmente de vaca. Consta de unas 21 cuerdas realizadas con hilo de pesca, por ser barato y por producir unos tonos musicales especialmente agudos. Los dedos pulgar e índice de cada mano se ocupan de estas cuerdas y al mismo tiempo el resto de dedos pueden así ocuparse de los dos palos o postes verticales. Estas cuerdas están sujetadas mediante otras 21 cuerdas fijas que las conectan a un anillo de hierro. Dicho anillo está perforado y así conectado a la base del brazo de madera del kora. De esta forma, el mecanismo consiste en producir sonidos a través del movimiento del anillo al producir la tensión adecuada en cada cuerda.
Los tonos musicales que se obtienen así son bastante parecidos, por un lado, a la escala musical característica, por ejemplo, del arpa. Pero, al mismo tiempo, también el kora nos puede recordar un poco, por su complejo sistema para tocarlo, a la guitarra española o incluso al laúd. De ahí que digamos que se trata, en cualquier caso, de un instrumento único.
Mas información en: mitos negros africanos
Uno de los mayores insultos en uso en esta parte de África, es decir a alguien que no conoce su historia, ahí entenderemos la importancia de la memoria y sus modos de aprendizaje".
En una cultura basada en la memoria,la transmisión y la herencia histórica, un personaje central es el griot, el narrador que acompaña regularmente sus improvisaciones con el arpa Kora.
Hecha de una calabaza a modo de caja de resonancia, tabla de piel y dos hileras de cuerdas agarradas de un mango que atraviesa el cuerpo del instrumento, el Kora es un instrumento predilecto de esta tradición de juglares.
El repertorio del griot se basa en narraciones, epopeyas, recitativos y cantos relacionados con los antepasados o el acontecer diario de la comunidad o la nación.
Se conocen datos del kora ya en el año 1799, gracias al libro de Mungo Park, "Viajes a los distritos interiores de África"; donde se describe como un "gran arpa de 18 cuerdas". La forma del instrumento puede tener en un principio cierta relación con la del ngoni de Malí, pero lo cierto es que se trata de dos instrumentos concebidos de una forma totalmente distinta.
Así, el kora tiene un cuerpo formado por una calabaza cortada por la mitad y cubierta, en parte, con una piel, normalmente de vaca. Consta de unas 21 cuerdas realizadas con hilo de pesca, por ser barato y por producir unos tonos musicales especialmente agudos. Los dedos pulgar e índice de cada mano se ocupan de estas cuerdas y al mismo tiempo el resto de dedos pueden así ocuparse de los dos palos o postes verticales. Estas cuerdas están sujetadas mediante otras 21 cuerdas fijas que las conectan a un anillo de hierro. Dicho anillo está perforado y así conectado a la base del brazo de madera del kora. De esta forma, el mecanismo consiste en producir sonidos a través del movimiento del anillo al producir la tensión adecuada en cada cuerda.
Los tonos musicales que se obtienen así son bastante parecidos, por un lado, a la escala musical característica, por ejemplo, del arpa. Pero, al mismo tiempo, también el kora nos puede recordar un poco, por su complejo sistema para tocarlo, a la guitarra española o incluso al laúd. De ahí que digamos que se trata, en cualquier caso, de un instrumento único.
Mas información en: mitos negros africanos
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